en honor a mi abuela (parte 1).
2 de julio de 2022. 18ª edición.

¡Hola a mis personas favoritas del internet y de la vida! Creo que me tardé tanto en escribir este newsletter que estaba navegando en mi cabeza desde hace varios meses por que, de alguna forma, enviarlo sería finalmente hacer oficial que mi abuela ya no está conmigo. Sin pensar en hacerlo a propósito, cuando comencé a escribir, se cumplían seis meses de que mi abuela falleció. Esto cambió mi vida. Por supuesto que es algo que quería compartir con ustedes, mi comunidad querida, pero la vida nos arrastra y de pronto el tiempo pasa sin darnos cuenta. Retomar mi rutina post-pandemia ha sido un tanto aplastante y he vivido una constante montaña rusa de emociones, muy altas y muy bajas. Tanto así, que creo que ni si quiera había tenido tiempo de procesar que ella ya no está.
Me doy la libertad de vulnerarme ante ustedes porque sé que muchxs vivimos procesos de pérdida a diferentes niveles y quiero que sepan que están acompañadxs. Es raro el luto. Si de por sí ya es extraño atravesar por eventos como el de un funeral y un entierro, no es ahí donde se pone peor. Yo dije unas palabras en la ceremonia de velorio de mi abuela, estuvimos con ella en el hospital durante semanas, vi cómo fue decayendo poco a poco, la vi en su féretro y, a pesar de todo esto, mi cerebro aún no entiende que ella murió.
Cuando alguien muere y vives todo su proceso, no parece que es la persona a la que conociste la que está ahí; esa persona con la que compartiste la mayor parte de tu vida; pláticas interminables, horas y horas de compañía, café, comida, desayuno, cena, pan dulce, tortillas de harina recién hechas, pan tostado con mantequilla y azúcar. Es algo muy extraño, simplemente piensas que es una estatua, una versión inanimada de la persona a la que tanto amas.
Nada de eso parece ser real, todo se siente como una realidad alternativa que pronto volverá a su normalidad. Volverás a entrar por la casa y verla sentada en el sillón, cocinar, despedirte diciendo adiós con la mano desde el porche, ir juntas a comer, prepararte tu comida favorita en tu cumpleaños. Todo volverá. Pero pasan los meses y no vuelve y el dolor sólo se hace cada vez menor pero sigue pareciendo como un sueño. Como si vivieras tus recuerdos con una neblina.
El luto no son estos ritos de despedida. El luto viene cuando llegas a esa casa y nadie te recibe con una sonrisa cálida y familiar; cuando vuelves a esos lugares que solían compartir, cuando pasa algo que te recuerda a una cosa que compartías con ella o pruebas algo que sabía parecido a su comida, cuando te sientas en el sillón y ella ya no está en su mecedora, cuando entras a la casa y se siente vacía, fría, a pesar de que todo sigue igual.
Cuando aún vivía mi abuelo era "casa de mis Titos", después fue "casa de mi Tita" y ahora no sé cómo referirme a la casa que me vió crecer y convertirme en lo que ahora soy, donde di mis primeros pasos, aprendí a escribir, a hablar, probé todas mis comidas favoritas, donde hice toda mi vida. Esa casa era mi universo entero y ahora ya no estoy conectada con ella, porque, aunque he vuelto, ya nada es igual. Me siento de alguna forma perdida y con mi esencia extraviada. ¿Qué lugar tengo ahora en este mundo?
Siempre pensé que cuando mi abuela muriera sería el fin de mi mundo. Su partida era lo que más me daba miedo en la vida. Desde que era chica temía el día que tuviera que decirle adiós a mi abuela. Ella era mi persona favorita en el mundo. Siempre éramos ella y y yo: ella y yo en las tardes después de la escuela, ella y yo los días de vacaciones, ella y yo los sábados en la mañana, ella y yo platicando en las mecedoras, ella y yo comprando telas, ella y yo compartiendo el café, el pan, la comida y la vida. Ella y yo, ella y yo... Ahora solo soy yo. Sin ella.
De mi abuela no me quedé nada más que sus recetarios, se los pedí desde que estaba chiquita. Era lo único que me interesaba conservar, de todas formas ninguna cosa material me va a regresar su presencia. Quería tener los cuadernos escritos con su puño y letra, imaginarme cuando los escribió, sentada en el comedor o en la cocina, juntando sus recortes de periódicos para pegarlos en las hojas. Me parece que la escritura es una de las formas más mágicas de trascender de esta vida. A mí me fascinaba verla escribir, tenía una caligrafía digna de la primera mitad del siglo pasado: era exquisita.
Meses después de su muerte, intentaba acordarme de cómo me gusta el mole y no pude. Solo podía pensar: "pues, como lo hacía mi Tita". ¿A qué sabía? Es fecha que no me puedo acordar y me rompe el corazón que jamás volveré a probar ese mole ni entrar a la cocina con ese olor delicioso, ver las ollas en la estufa para después abrirlas y encontrar todo tipo de manjares. Ya no puedo preguntarle recetas a mi abuela. Me enojé conmigo misma y la mala memoria que poseo por no lograr acordarme de cómo lo hacía ni cómo sabía. Me dió coraje jamás haber aprendido a cocinar como lo hacía ella: con tanta maestría, facilidad, sencillez; verla cocinar era como si estuviera repitiendo el abecedario o contando del uno al diez.
De ella es mi personalidad. A las dos nos gustaba lo sencillo, nada de bomba y platillo, no somos (¿fuimos, éramos? Lo dejaré en "somos", verbo presente) demasiado expresivas pero sí tenemos opiniones muy marcadas, defendemos lo que nos importa, somos trabajadoras, dedicadas, fieles, apasionadas, honestas, leales, obstinadas, sabias.
Crecer con mis abuelos, especialmente con mi abuela, de cerca me dió un poco el alma vieja que poseo y las mejores memorias que pude haber pedido. El otro día, mirando al cielo, recordé cuando me quedaba a dormir en su casa y nos acostábamos en el techo a ver las estrellas antes de irnos a dormir. Veíamos los aviones pasar y los contábamos. Ella fue mi mejor cómplice, mi mejor compañía, mi alma gemela. Pensar que yo llegué hasta el final de su vida me hace querer haber nacido antes para tener más años con ella. Casi no nos abrazábamos pero conforme se fue haciendo más frágil, también se fue ablandando y a mí me encantaba abrazarla y tomarla de la mano.
En mi último cumpleaños con ella, justo el año pasado, me regaló lo más valioso que tengo hasta ahora: un anillo y unos aretes que sus papás, mis bisabuelos, le regalaron cuando cumplió quince años. Esta es mi mayor herencia. Creo que fue una manera de despedirse y de dejarme algo suyo antes de partir. Ninguna de las dos nos imaginábamos que el próximo año nos tocaría pasarla separadas.
Aún no entiendo bien lo que está pasando y a veces me da un impulso de llamar al teléfono de su casa y tener la sensación de que va a contestar ella con su voz reconfortante. También de repente tengo ganas de ir a su casa y esperar a que ella me reciba con un abrazo y algo delicioso de comer. A veces me cuesta entender que ya no entraré a esa casa y me recibirá un olor a pan recién horneado y café soluble. La vida ahora es tan extraña.

Te extraño siempre, te pienso, no hay día que no me acuerde de ti y de lo mucho que me haces falta.
Recomendaciones de la comunidad en general
Hoy te comparto proyectos de amigas, como casi siempre en este espacio, que he visto crecer y madurar. Desde la idea que ellas tuvieron, hasta comenzar a materializarlo y hacerlo realidad. Las admiro tanto por esto, amo estar rodeada de mujeres que creen en ellas mismas y sobre todo, en sus pasiones.
🐶 Dona para Bojack: Antes de introducirte a los proyectos de esta edición, te quiero contar la historia de Bojack, un perrito rescatado por mi amigo Jair. Hace unas semanas Jair encontró a Bojack tras haber sufrido un atropello por una persona sin corazón que, además de lastimarlo, lo dejó en la calle a su suerte. Jair se ocupó de llevarlo al veterinario a que lo diagnosticaran. El resultado fue que Bojack podría ser sometido a cirugía para curar su columna, sin embargo, no podrá volver a caminar.
Durante estas semanas, muchísimas personas nos unimos para reunir la cuenta de aproximadamente 30mil pesos, entre otros gastos. Te invito a que dones, compartas o ayudes en la manera que sea más fácil. Bojack y todxs nosotrxs agradeceremos muchísimo tu donación en este Moneypool. Absolutamente todo suma: desde $10, $20, $50 pesos, todo es valioso y bien recibido.

Te quiero mucho, Bojack. Vas a estar bien y con una familia que te ame y te cuide tantísimo.

💗 SpreadLetters: En esta cuenta amamos a las que fuimos, somos y seremos las niñas de los plumones. Patty es una de mis más recientes amigas y de verdad adoro todo lo que crea con sus Sharpies. En mi pasado cumpleaños, Andrea me regaló un letrero hecho por Patty y me gustó muchísimo. Soy adicta a sus reels y me inspira a explotar mi creatividad. Te invito le des una revisada a su perfil de IG para que llenes tu feed de cosas bonitas.

💗 Dianksy: Si de algo estoy orgullosa, es de tener amigas tan creativas, como ya les contaba antes. Diana, aparte de ser de las personas más nobles y creativas que conozco, es una persona con una calidad humana impresionante, una líder empática y genuina. Hace poquito creó emprendió su marca de ilustraciones, viniles, stickers, diseño, corte y grabado en láser. Estamos viendo qué cositas podemos hacer juntas, por lo pronto, me hizo este llavero que amé con todo mi corazón con la frase icónica de la Dra. Taylor Allison Swift.

💗 Taller de creación de Fanzine con Laiza Onofre: También una de las amigas que me complace tener y con la que comparto mi amor por Las Amazonas de Tigres Femenil, el arte y los perritos, es Laiza Onofre. Hace poquito fui a un espacio de creación utilizando el fútbol femenil como inspiración entre mujeres. Me encantó muchísimo, además de que conocí a otras mujeres increíbles que comparten mi pasión. En este taller aprenderás a desarrollar la idea de tu historia y aplicarla para crear tu propio Fanzine. ¡Nos vemos por allá!

Aquí una de mis ilustraciones favoritas de Laiz, con la nueva Directora Técnica de Tigres Femenil, Carmelina Moscato.
Me despido de nuevo, con el corazón lleno y con un poco más de paz después de haber dejado por aquí mis sentires. Una vez más te agradezco una cantidad inmensa que hayas llegado hasta acá, si es tu primer newsletter o estás aquí desde el principio, eres especial para mí. Te mando un abrazo a ti y a tu corazón y nos seguimos viendo por acá a la siguiente.
Esta semana voy a:
Abrazar a mis seres queridxs. 👫
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