en un constante florecimiento.
2 de abril de 2022. 17ª edición.

Hola a mis personas favoritas del internet y de la vida. He estado pensando en todas las cosas que han cambiado de un tiempo para acá y a veces siento que estoy en un despertar que no termina. Me encanta la conexión que siento con las flores, las plantas y la naturaleza en general, que incluso hasta siento que compartimos las estaciones.
Disfruto muchísimo el tiempo de frío; me encanta usar suéteres, sentir el calorcito en mi mano cuando toco mi taza de café, el agua caliente de la regadera, el aire frío de las mañanas y ver películas envuelta entre las cobijas. El otoño, específicamente, es mi estación favorita del año. Al igual que muchas flores, plantas y árboles, yo también me marchité el invierno pasado. Sentí que mi alegría se iba apagando de a poquito, casi imperceptible y la tristeza iba creciendo. Fueron meses difíciles de aferrarme solo a mis raíces, a lo que me mantenía con un pequeño fulgor el alma.
No sé en qué momento todo se empezó a sentir un poco mejor, pero me parece que coincidió con el tiempo que estaba por comenzar la primavera. Me encanta la época de frío, pero qué necesario es el calor a su vez. He escuchado que el frío sólo es la ausencia del calor y me hace todo el sentido del mundo. A pesar de que disfrute tanto el invierno, jamás podría vivir en un constante estado de frío.
Así como el frío se fue, también se fue mi tristeza. Supongo que fue una combinación de muchas cosas que fueron cambiando, se marchitaron y llegó su momento de brotar de nuevo. Todo se dió a su tiempo perfecto. Fui paciente, trabajé en mi corazón marchito y magullado al mismo tiempo que lo preparaba para el momento en que le tocara florecer de nuevo. Una de las cosas que más tuve que mantener en mente, es que aunque estuviera marchita, merecía ser feliz, por que las flores aún cuando están secas siguen manteniendo una belleza, que no es como la de una flor fresca, recién cortada y deslumbrante; la belleza de una flor marchita es nostálgica, melancólica y tan maravillosa.
Pienso que todas las personas tenemos nuestras propias estaciones en el interior y se ven diferentes para cada corazón. Jamás podría vivir en un eterno verano, necesito el invierno, tanto así como el agua necesita a la tierra, como el aire necesita los rayos del sol. Para experimentar la felicidad, la alegría y la sorpresa, también tengo que atravesar por la nostalgia, el anhelo y la tristeza que me acoge. En estos días me siento como el brotecito que despierta de nuevo, después del largo invierno que enfrentó con determinación. Estoy preparada para trabajar en florecer mis pétalos, fortalecer mis tallos y nutrir las raíces que me atan a la tierra.
Tengo en mi departamento una orquídea que pensé que estaba muerta (de hecho, me la regaló Ale Serna de Mujeres Como Tú). La adopté a finales del verano pasado y pensé que estaba feliz conmigo. De repente sus hojitas empezaron a caerse y hubo un día en que la última flor se desprendió. Así fue como entendí que tal vez no la había cuidado lo suficiente, que no le había gustado mi espacio, definitivamente algo había pasado. Le platiqué a mi amiga Andrea y me explicó que la orquídea no estaba seca, si las hojas de abajo seguían verdes, significaba que aún estaba viva, simplemente su estado de floración había cumplido su ciclo. Me contó que la tenía que seguir regando y abonando para que cuando llegara su momento, las florecitas comenzaran a salir otra vez.
Tenía una maceta que quedó vacía después de que las plantas que contenía se secaron. Dejé la tierra ahí dentro por si se llegaba a necesitar después. El otro día fui al supermercado y me sentí tentada a comprar una maceta de margaritas que me parecía iría muy bien con mi jardín. Al final no la compré y me traje otras diferentes que me parecía irían mejor con la temperatura de su futuro lugar. Hace unos días vi que crecieron margaritas en la maceta que se percibía como un panteón donde había fallecido una lavanda. Esto fue la magia hecha flores. Yo deseaba esas margaritas pero no las traje conmigo porque no sabía si podría darles la atención y el lugar que ellas necesitaban y tampoco había tenido margaritas antes, preferí no hacerlas sufrir ni sufrir yo. Me alegró demasiado encontrarlas semanas después y que decidieran venir a vivir a mi pequeño jardín ellas solitas. Estoy muy emocionada de verlas aquí conmigo, de la serendipia que causa cosas mágicas en la vida rutinaria.
Hoy entiendo que no tengo que estar con mis flores deslumbrantes todo el tiempo y que el constante florecimiento también conlleva marchitarse, secarse para que los nuevos pétalos vuelvan a salir. Llevo dentro de mí otoños, inviernos, veranos y sobretodo primaveras (léase "El Invencible Verano de Liliana"). En primavera recuerdo que siempre puedo volver a florecer y que el estado de frío no es para siempre, tarde que temprano entrarán de nuevo los rayos de sol para llenar de calidez mi corazón. También entiendo que lo que tiene que llegar, llegará, como las margaritas llegaron a mí; que no tengo que forzar nada para que suceda y que las cosas que son destinadas a ser, aparecen en el momento adecuado: no en el momento adecuado para ti, tal vez, pero en el momento adecuado para que aquello pueda florecer.
✨ Recomendaciones de la comunidad en general
En esta edición quise abrir este espacio que tanto adoro, para que ustedAs me compartan sus proyectos, eventos o cualquier cosa que crean que haría de esta newsletter más especial. Pueden ser incluso películas, artistas, música... Todo cabe y seré feliz de enriquecer mis letras con una parte especial conformada por ustedAs, mis lectoras y amigas.
📚 Unos libros muy especiales: María R. Rosas Sánchez nos recomienda dos de sus novelas, Margaritte
y Más Allá del Sendero de Margaritas. Siempre estoy feliz de compartir escritoras independientes y sobre todo a María, que le da mucho cariño al contenido que comparto y tenemos ya varios meses de estar coincidiendo por acá. Aparte, en una edición que platico sobre las margaritas, me parece que esto es una señal de que estaba destinada para esta newsletter.
💗 La Diva del Copy: Cuando tengo mis descansos creativos trato de buscar inspiración dentro de la misma comunidad y si hay alguien que me inspira, es Xhaili. Además de su increíble talento para la creación en las redes sociales y contenido digital, me encanta la manera sencilla y divertida con la que comparte tips y consejos para desenvolverte mejor en este cambiante mundo digital. A mí me ha servido muchísimo y creo que a ti también te va servirá bastante topártela por tu feed.
🌷 D. Rosas: Conocí a Dani el año pasado en una conversatoria feminista que organizamos y después de eso vi las maravillosas cosas que crea con el estambre. Me encantaría que te dieras una vuelta por su perfil para que conozcas sus increíbles creaciones como bolsitas, cojines, suéteres y tapetitos. Incluso puedes hacer tu pedido personalizado y plasmarle tu esencia. (¿Notaste que Dani se apellida Rosas, como la flor? La magia.)
🌨 PsicoTips by Ania: Si pienso en las cosas que me han mantenido a flote y han logrado guiarme en mi proceso de emociones, sentimientos y auto-conocimiento, pienso en el contenido tan valioso que crean mis queridas psicólogas. Tengo que decir que me encantó muchísimo el perfil de Ania y sobretodo, la perspectiva faminista que tiene en sus publicaciones y el amor propio. Creo que Ania podría acompañarte también en tu propio proceso y me parece que te fascinará igual que a mí.

Este corazoncito llorando es mi favorito de Dani Rosas.
Me despido de nuevo, una vez más y me encanta que estés aquí y seas parte de este espacio en el que cada vez dejo mi corazón a la vista. Gracias por ser una pieza esencial de este lugar maravilloso. Te mando un fuerte abrazo y también me encantaría ser testiga de tu constante florecer.
Esta semana voy a:
Apreciar las flores que están creciendo (en mí)🌻
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