llegar a casa después de tanto buscar.
14 de septiembre de 2022. 20ª edición.

¡Hola a mis personas favoritas del internet y de la vida! Siento muy lejanas las ediciones en donde les platicaba de mi mudanza y mi corazón roto. Aunque en realidad no pasó tanto tiempo, simplemente un mes, se siente así porque mi vida fue un torbellino de excesivos cambios en un margen muy pequeño de días. Así que aquí voy de nuevo a contarte uno de los aprendizajes más grandes que he tenido este año. Todo gracias a una persona que llegó a mi vida en unos días soleados de febrero.
Antes de comenzar, quiero advertir que esta será una edición larga en el que te abro mi corazón por completo y te cuento de cómo terminó un capítulo en mi vida para comenzar a escribir un libro nuevo por completo. Así que prepara con amor tu cafecito, agenda quince minutitos y por tu celular en "No molestar" para una mejor experiencia. También quiero decir que será una carta en extremo romántica y cursi (amamos), pues algo que tienen que saber es que su amiga, o sea yo, es una romántica empedernida sin remedio y ahora sí dejé salir todo ese lado que a veces me guardo.
Te platicaba hace algunos meses de cómo fue para mí atravesar una ruptura amorosa el año pasado y cómo viví ese corazón roto. Me siento contenta que ya más de un año después, puedo hablar desde un lugar completamente diferente, por lo cual me siento en extremo feliz y agradecida.
Para continuar desde el punto en el que nos quedamos la vez pasada (luego te quiero platicar de cómo fue aprender de nuevo a estar sola), fueron unos meses de mucha introspección, abrazar de nuevo la soltería en mis veintitantos y definir qué era lo que quería para mí en todos los aspectos.
Esto último también implicó aprender cómo quería relacionarme de ahora en adelante y sobretodo qué no quería para mí. Cuando terminé mi última relación, recuerdo que escribí una carta que jamás entregué en donde describía cómo me imaginaba el amor que anhelaba. Quiero pensar que desde ese entonces yo ya imaginaba cómo sería el amor para mí y, aunque no tenía nada de certeza de cuándo, cómo ni dónde se presentaría, al menos tenía claro cómo quería que se viera.
Fueron meses difíciles en los que ni si quiera tenía ganas de escribir o hacer las cosas que tanto disfrutaba. Me decidí a hacer un viaje que tenía muchas ganas de hacer desde hace varios años y tomó la coincidencia que una amiga que quiero muchísimo también estaría de viaje cerca de aquel lugar.
Gracias muchas coincidencias de la vida, conocí a Andrea el año pasado en medio de la tempestad de mi ruptura y nos llevamos súper bien. Íbamos juntas a yoga, nos encanta hablar de feminismo y libros, así que hicimos súper buen match. Meses después de conocernos, me platicó que su mejor amigo se iría a trabajar a California y que estaba muy triste por eso. Nos acompañamos en procesos similares y yo agradezco mucho haber contado con su amistad cuando más perdida me sentía.
Maravillosamente, todo se acomodó en tiempo y espacio para realizar el viaje y encontrarme con Andrea y Andrés, su mejor amigo que estaba viviendo allá desde el año pasado. Entonces, en octubre del año pasado compré los vuelos para ir de Monterrey a Tijuana, después Los Ángeles. En Los Ángeles me encontraría con Andrea y su mejor amigo Andrés y volveríamos juntos a Fremont, cerca de San Francisco. Así fue como tuve la oportunidad de conocer a la persona que no sabía sería todo lo que había descrito varios meses atrás. La próxima vez te platicaré más de ese viaje donde nos conocimos con lujo de detalle, es una historia súper única de la que me encantaría que fueras parte.
Siempre he vivido en Monterrey y saben que en Nuevo León enfrentamos una sequía horrenda los últimos meses. Fue terrible tener que atravesar todo eso. Una constante ansiedad, preocupación y angustia de no saber cuándo volveríamos a tener nuestras vidas normales de nuevo. Mi corazón también se sintió árido mucho tiempo. Creo que cuando te falta mucho de algo y por fin lo tienes frente a ti, parece tan increíble, casi fantástico. Vivir sin agua me hizo valorarla como jamás había hecho. Vivir tantos años sin el amor que no sabía que necesitaba, se sintió como cuando necesitas parpadear varias veces para confirmar que lo que hay frente a ti es real.
Como estar frente a un oasis en medio del desierto.
Como llegar al océano después de kilómetros de caminar bajo el sol.
En el viaje hicimos click y acordamos seguir hablando cuando yo me regresara. No teníamos la certeza de si podríamos mantener lo que empezaba como una relación a distancia, sobre todo con tan poco tiempo de conocernos. Estoy feliz de que nos decidiéramos a hacerlo, pues eso nos ha llevado a la relación tan bonita que disfrutamos al día de hoy.
Hay tantas cosas que me gustaron de él desde que nos conocimos por primera vez y otras que salieron a relucir conforme íbamos platicando un poco más de nosotros y conociéndonos cada día que pasaba. Descubrimos que teníamos muchas cosas en común, que nuestros lenguajes del amor eran perfectamente compatibles y queríamos las mismas cosas para nuestra vida. Qué bonito fue encontrarme con alguien que tuviera las mismas ganas de amar y amar bonito igual que yo. Qué mágico fue que la vida nos pusiera en el mismo lugar, tiempo y espacio y que todo se alienara para que los dos coexistiéramos aquí mismo.
No puedo sino pensar que este amor es magia pura. No existe otra explicación lógica a que dos personas se encuentren así. En él encuentro mi refugio y la energía para seguir adelante con todo lo que se me ha presentado en los últimos meses; cuento unos brazos que se sienten como mi hogar, alguien que nunca me hace dudar del amor que siente por mí y que sé que no se irá. A él puedo contarle cada minúscula cosa que me pasa, lo que me pone triste, feliz, preocupada, ansiosa, enojada y todo es bien recibido. Las veces que hemos tenido conversaciones incómodas, jamás pienso en la posibilidad de terminar, si no que pienso que eventualmente llegaremos a la solución y todo pasará.
Andrés, o Marcelo como me dijo que le gustaría que le dijera, cree en mí incluso más de lo que yo creo en mí misma. Lee todos mis newsletters y me cuenta el sentimiento que causa en él. Escucha cada inquietud que tengo y abraza mi curiosidad. Juntos tratamos de encontrar respuestas a los tantos misterios que tiene el mundo y, aunque no siempre llegamos a una conclusión, se siente bien platicar como si pudiéramos lograr algo. Me gusta creer que sí.
Desde que nos conocimos aquel febrero, no ha pasado un día sin que me recuerde lo mucho que me ama y las ganas que tiene de volverme a ver; me manda memes de gatitos y reels que me hacen reír demasiado. Me encanta su sentido del humor y su risa; cuando recién nos conocimos no me cansaba de escucharla. Todas las mañanas me despierto con un mensaje suyo dándome los buenos días: a veces un mensajito corto, otros días una larga nota de voz, a veces una llamada, pero siempre está ahí. Me ha sabido comprender como nadie lo había hecho nunca. Jamás invalida lo que siento, me hace sentir vista, tomada en cuenta, realmente me presta atención y escucha lo que tengo qué decir.
En él encuentro un compañero de viajes, de chistes y horas en coche; con quién compartir mi café y mis playlists, las canciones favoritas y las cenas con los amigos y familia; a él le confío los deseos más profundos de mi corazón, mis sueños y lo que deseo para mí en esta vida. Su nombre se me viene a la mente cuando hay buenas y malas noticias. También sé que no es perfecto ni yo tampoco, que somos humanos y cometeremos errores, pero también estoy segura que haremos todo lo posible para hacer las cosas funcionar. De hecho, jamás he sentido que tenemos que forzarnos para estar bien, todo fluye bonito, incluso cuando las cosas se complican.
Soy una persona ansiosa, que vive con el constante miedo de pensar en todo lo que puede salir mal. A él le he contado todos esos miedos e inseguridades latentes, que a veces ni yo misma sabía que estaban ahí. Me ha ayudado a desaparecer todo ese miedo inexplicable. Su compañía ha tenido un impacto incluso en mi manera de ver las cosas. Ahora sé que todo estará bien, que todo pasará, que nada es suficientemente malo como para derrotarme y que él está ahí para ser mi contención en todo momento.
Ya no me siento sola ni abandonada, aunque sigo disfrutando mis momentos en soledad, pero sé que no necesito cargar con el peso del mundo en mis hombros sin ayuda de nadie, que está bien pedir ayuda y que eso no me hace menos fuerte. He aprendido a dividir la carga con alguien más, alzar la voz y pedir ayuda cuando lo necesito y saber que la vida puede ser más amable de como la estoy imaginando en mi mente.
Muchos años tuve miedo de ser tan "intensa" y me cuidaba de no mostrar demasiado amor o interés por miedo a asustar a las otras personas. Me disfracé como una persona que no era, levanté mis barreras y todo para ocultar mi miedo a ser herida por ser genuinamente yo: cariñosa, amorosa, detallista, romántica, ansiosa, asustada, talentosa, alegre, graciosa, aventurera, apasionada y demás cosas que Andrés me ha ayudado a ver de nuevo en mí.
Ahora sé que nunca tuve que hacerme caber en ningún lado que no era para mí, ni tampoco intentar hacer caber a los demás en lugares que no les acomodan. Entendí que quién fuera la persona adecuada para mí me amaría con todo lo que soy: cada parte de mí, las partes luminosas, las oscuras y las que asustan; que no tendría que ocultarme jamás por miedo a ser juzgada, si no que la persona indicada me ayudaría a enfrentar todos aquellos miedos y a hacerlos más pequeños; también abrazaría mis inseguridades y aquello que me lastima. Sobretodo amo de él es que celebra quién soy, sin intentar cambiarme.
No busco idealizar el amor romántico, si no todo lo contrario. Quiero decirte que el amor bonito es posible, que no necesitas jugar a ver quién demuestra menos, tampoco tienes que renunciar al amor que quieres para ti por otra persona; que por más que lo intentes, hay personas que no son para nosotros y tenemos que dejarlas ir para que lleguen las indicadas a nuestra vida. Todo esto duele, es verdad, pero te juro que vale la pena: te esperan mil risas, aventuras y momentos que no te imaginas.
Toda nuestra vida nos dijeron que el amor era caótico, como un ciclón que destruye todo a su paso y nos deja recogiendo nuestros pedazos. Confundimos el amor suavecito con aburrido. Nos contaron historias que nos hicieron pensar que el amor dolía, es sufrimiento y sacrificio y que, si no lo es, no vale la pena ser vivido. Andamos por la vida buscando este caos como si fuera algo familiar y eso nos deja después curando nuestros corazones rotos. Nos hicieron creer que el amor está en perderte a ti con tal de encontrar a alguien más que te “complete”, dejar de ser quien eres tú para llenar las expectativas del otro. Y la verdad es que nos han engañado porque el amor no es eso.
Hoy por fin entiendo que el amor es aceptación desde el cariño, no desde el rencor; tampoco es conformismo ni darse por sentado. He aprendido quien te ama, lo hará con todo lo que tú eres, sin buscar moldearte a su idea del amor. A quien le importes, escuchará lo que te duele y observará qué puede trabajar en sí para no lastimarte más. Nunca te dirá que “estás exagerando” y que solo quieres “reclamarle” o “quejarte” y si es necesario, no dudará en disculparse.
Al principio me dió mucho miedo decir "para siempre" y aún me siento un poco escéptica. Hoy sé que si dura "para siempre" o no, en este momento quiero cuidar nuestra relación y elegirnos todos los días hasta que los dos lo decidamos. Los primeros meses tardé en dejarme ir por completo por miedo, pero hoy me queda claro que esta conexión es de la primera cosa que me siento completamente convencida. Sé que los dos podremos sobrellevar todo a pesar de la distancia y de los retos que vengan más adelante con risas, abrazos, apapachos, comunicación y sobretodo cuidando el corazón del otro.
A mi amorcito:
Te sientes como las olas del mar que tanto amo.
Eres ese momento perfecto del atardecer, cuando el cielo se vuelve rosa, naranja y celeste.
Eres el sorbito de café en las mañanas cuando me queda justo como me gusta, la primera mordida de un pastel de vainilla y el olor a pan recién horneado.
Eres el hogar que quiero construir.
Te extraño todos los días y ya no puedo esperar por volvernos a ver.
Anhelo el día en que ya no tengamos que despedirnos, pero también estoy emocionada por todas las aventuras que nos faltan.
Si hay alguien con quien quiero vivir todo esto que tú. Te elijo a ti y sé que tú me eliges a mí sin dudar ni un segundo.
No existe otra persona en este mundo tan amorosa, graciosa, comprensiva, empática, inteligente, cariñosa, detallista, atenta y tantas cosas que podría decir de ti que se me acabaría el espacio.Supe que estaba en el lugar correcto cuando al llegar a ti, sentí la paz que sólo había podido darme el mar.
Eres el oasis, las olas del mar, la lluvia fresca y el rocío de las mañanas.
Te sientes como llegar a casa después de tanto buscar.
Te amo.
✨ Recomendaciones de la comunidad en general
🌿☁️ Eucalipto Weddings - Ya conocía a Ana desde hace varios años pero hace poquito volvimos a reconectar cuando me platicó del negocio de fotografía que emprendió junto con su esposo. Sin buscarlo, yo ya seguía su trabajo desde hace meses y me encantó lo que hacían. Nos juntmos para platicar de cómo podíamos colaborar y le conté que tenía ganas de escribir este newsletter. Algo que me emociona es que es la primera vez que colaboro de manera formal con una marca y te cuento que en las próximas semanas podrás encontrar frases de este newsletter en reels y contenido en su página de Instagram. Me encantaría que te dieras una vueltita por su perfil y si te gusta, también que les sigas. De esta forma me ayudas a encontrar maneras de que este newsletter crezca y tener más colaboraciones con marcas que sé que te encantarían.
💗 La Chica Salvaje/ Where The Crawdads Sing - En stories les compartía que fui a ver esta película que es una adaptación de la novela. A finales del 2020 terminé este libro y me gustó muchísimo la historia. Es emocionante, misteriosa y apasionante. Me encantó verla adaptada en cine y poder visualizar todas esas imágenes que se encontraban en mi mente de cuando leí el libro. Una cosa que amé fueron las ilustraciones de Kya con animales de la marisma. Disfruté la fotografía, el vestuario y que fueron súper fieles a los fragmentos del libro.
📚Página Cero - Saben que Esme y yo hemos estado trabajando en un proyecto que va lento pero seguro. Queremos comenzar un club de lectura entre las dos y hoy te quiero invitar a que la conozcas más de cerca si es que aún no sigues su contenido. Hace dos meses comenzó formalmente su propio newsletter de libros, tomando como base el blog que ya escribía, Página Cero. La verdad que me parece un formato increíble para digerir contenido de recomendaciones literarias y, creánme, no hay mejor persona para hablar de libros que Esme. Honestly, nunca son suficientes newsletters escritos por morras, así que no esperes para suscribirte aquí.
Hemos llegado al final de esta edición tan especial y qué bonito. Hoy quiero dejar otro llamado a la acción: me encantaría ver una story de una fotito tuya con la persona que vino a tu mente mientras leías y la frase que más haya resonado en ti. Si además de eso puedes etiquetarme, qué mejor. En fin, qué bonito haberte contado todo esto que tenía guardado en el fondo de mi corazón y que creo que a nadie le había dado tanto detalle. ¡Y lo que falta! Gracias por los mensajitos que me mandan, por los consejos que me enviaron en la edición pasada para lidiar con mis bloqueos creativos y mi sentimiento de constante comparación. A ti que estás leyendo esto, cada vez te quiero más. Nos leemos la siguiente vez.
Hoy voy a:
Escribirle una nota a alguien que sea importante para mí✨
¿Conoces a alguien que le interese este newsletter? ¡Invítale a ser parte de la comunidad aquí!
¡Estemos en contacto! Encuéntrame en Instagram, Twitter, Facebook y Spotify.
¿Tienes una idea, una marca o quisieras colaborar? Mándame un correo.💕