Todo lo que soy no cabe aquí.
Quería ser creadora de contenido y (tal vez) el contenido me creó a mí.
Pensamientos del borrador:
No sé en qué quiero profundizar más hoy pero veremos a dónde nos llevan estas letras.
Siento mucha ansiedad al sentarme a escribir, pero me comprometí a hacer esto por mí y por mis letras.
¿Tú también te sientes así? A veces siento que conforme llega una idea buena pero incómoda, automáticamente siento la necesidad de empujarla y entonces llegan todas estas ideas pero ninguna es lo suficientemente buena.
Pienso que tampoco yo me siento suficientemente buena la mayoría de las veces.
Escribir es sentarme a hablar con mis fantasmas y eso no se me da muy bien.
Escucho algo de música para inspirarme y distraerme.
Tengo tantas ideas que no sé por dónde empezar.
Creo que finalmente encuentro algo que viene carcomiéndome desde inicios del año.
Tengo duda sobre algo y siento el impulso de ir a Google a encontrar la respuesta.
Siento la curiosidad de cómo hacer algo y voy a TikTok para encontrar un tutorial.
Veo una película y tengo la comezón de ir a calificarla en Letterdbox.
Escucho una canción que me gusta y voy a buscarla en Spotify para agregarla a mi playlist.
Veo un atardecer o una flor bonita y automáticamente saco mi celular para tomar una foto.
Cuando visito un restaurante, lo primero que hago antes de comer es tomarle foto al platillo para publicarlo en Instagram.
La era digital me tiene pensando en una frase que escuché alguna vez: ¿Hace ruido un árbol al caer si nadie está ahí para escucharlo? Acabo de descubrir que es uno de los grandes enigmas de la filosofía.
Conciertos, viajes, fiestas, eventos, restaurantes…
La lista sigue y sigue.
Hay una red social para cada documentar que quisiéramos hacer.
¿Escribo sobre lo que siento o sobre lo que debería estar escribiendo?
¿Escribo para ser leída o por el gusto de escribir?
¿Soy escritora incluso si nadie llega a leerme?
Pienso en la influencia que ha tenido el haber crecido con redes sociales e internet prácticamente toda mi vida.
Todo lo que viví y de lo que ya no me acuerdo ¿realmente sucedió?
Lo que pasó y que nadie vió, ¿realmente pasó?
Si lo viví y no existió una foto o un video para documentarlo, ¿realmente existió? Si tan solo quedó en mi mente y algún día ya no puedo recordarlo ¿habrá sucedido?
Me asusta hacerme estas preguntas.
Hace algunas semanas les confesaba de mi necesidad de documentar cada aspecto de mi vida y que veo que también es un patrón en la mayoría de las personas hoy en día.
Leo 10 páginas y siento el impulso de documentarlo en Goodreads.
Si hay una canción que no puedo parar de escuchar, quiero compartirla en mis historias para que todo el mundo sepa.
Encuentro un outfit cool en Instagram y corro a Amazon para ver cuánto costaría comprarlo.
Tengo esta obsesión por que los demás sepan qué estoy haciendo, qué estoy comiendo, a dónde voy, con quién salgo. Qué miedo, ¿no?
¿Alguien más se ha dado cuenta de esta necesidad asfixiante que tenemos por reafirmar el personaje que mostramos ante las redes y la validación que desencadena ser tal o cuál? Desde cómo editas tus fotos, la música, los lugares que visitas, los viajes que realizas, las personas con las que te rodeas. ¿Realmente todo esto existe genuinamente o es parte de lo que queremos mostrar ante redes? Honestamente yo no sé qué viene primero y eso me asusta.
El otro día leía un post de @elfashionmemo sobre la tendencia de los Labubus y Sonny Angels y explicaba que esta generación tiene un impulso de pertenecer con sus propias condiciones: queremos estar en trend pero tener un estilo claro y personalizado en absolutamente todo. Planteaba la pregunta de quiénes realmente son los que disfrutan estos accesorios, ¿las personas que nos rodean o la comunidad en internet? ¿Me pregunto si cuando planeo mis outfitslo hago por mí propio gusto o por tomar una foto y publicarla en Instagram? Si me puse un outfit lindo y nadie lo vió ¿realmente valió la pena usarlo?
Sé que muchas me dirán “¡Pero claro que vale la pena! Sirve para sentirte bien contigo misma aunque nadie más pueda verlo” y por su puesto que coincido, pero vayamos más allá y seamos honestos: somos una generación performativa.
Estoy consciente que, como personas, desde siempre hemos modificado nuestros gustos y acciones para pertenecer a algún grupo o mostrar una personalidad ante los demás. Sí me parece que en la actualidad lo hemos excedido.
Creo que finalmente llego a algún lado.
Me hago las siguientes preguntas: ¿Sí quiero hacer ese viaje o sólo lo hago para publicarlo en historias? ¿Quiero conocer ese país o surgió a partir de ver que varias personas en tus redes lo han visitado? ¿Haría esa maestría aunque no pudiera contarle a nadie en mis redes? ¿Iría al gimnasio si no pudiera publicar una foto? ¿Limpiaría mi casa incluso si nadie viniera a visitarla? ¿Puedo llamar amigas a las personas que he conocido en el internet aunque nunca nos hayamos visto en persona? ¿Iría a esa obra de teatro si no pudiera tomar un video para publicarlo?
Puede ser desde lo más insignificante hasta las decisiones más grandes de una vida. Qué fuerte, ¿no?
La semana pasada se cayó TikTok y me puse a pensar mucho en lo frágil que es el mundo del internet. En cualquier momento pasa algo y puede desaparecer. Y todo lo que hay ahí ¿a dónde iría? ¿Realmente existen esos yo’s que hemos creado en las redes?
¿Hasta dónde influye la mirada externa (y las redes) en la persona que somos?
¿Quién soy cuando nadie está viendo?+
Y más importante ¿Quién soy si no pudiera publicar en redes sociales?
No sé si a alguien más le pasa esto o sólo soy yo la loca.
Buscando información sobre esto, me encontré un blog llamado Patoneando de una chica que se dedica a viajar y hacer contenido sobre viajes. La publicación habla sobre el agobio digital y las ganas que siente de volver a viajar sin tener que publicar en redes sociales. Viajar por viajar y ya. Al final también compartió algunos consejos para vivir/viajar de forma más análoga, llamémosle, fuera de redes.
Me resonó una de las frases que compartió: Siento que ya no estoy presente en mi vida ni en los viajes. Estoy distraída todo el tiempo. “Siento que estoy viviendo la vida de los demás a través de Instagram y cuando estoy viviendo la mía propia, es para mostrarla en Instagram.”
Entonces no estoy loca.
Si pensamos en el FOMO, esa sensación de que nos estamos perdiendo algo y que se ha derivado del uso de redes sociales, ¿realmente nos perdimos aquello de lo que ni nos enteramos?
¿Hasta dónde llega este performance, este perfil que hemos construido ante el mundo digital?
¿Todo lo que sucede en el internet realmente está sucediendo? ¿Puede contar eso como el mundo real?
Hace unos días quería modificar mi bio en Instagram y no podía poner una definición a todo lo que soy o todo lo que me representa. Todos somos personas complejas con muchos aristas y tengo el sentimiento de que las redes han querido forzarnos a encasillarnos en unas cuántas cosas. Nos piden que nos simplifiquemos en 40 caracteres. Hice mi mayor esfuerzo y escribí algo pero pienso que se siente forzado. Lo cambié por “Todo lo que soy no cabe aquí”. Creo que me describe mucho mejor.
Vuelvo a una de las preguntas iniciales: ¿Escribiría aunque nunca nadie llegara a leerme? Tal vez sí, tal vez no.
Honestamente, no lo sé. Al mismo tiempo, aquí estoy publicando para poder expresar todo esto que pienso en algún lado. Confieso que me siento muy confundida en este tema. También entiendo que las redes y el internet en sí ya están en un punto de no-retorno en nuestras vidas y no se irán a ningún lado.
Creo que hemos llegado a un punto en el que, a mí parecer, vivir en el internet a veces puede ser tan bonito como abrumador. Sí, encontramos cosas muy chulas ahí (aquí) e información muy útil, pero quiero tener este recordatorio de ser consciente del uso, espacio y tiempo que le doy. Usar las redes y que no me usen a mí. Decidir cómo y cuándo, no dejar que sea el algoritmo el que decida por mí.
Este es un tema complejo y del que creo que aún no se habla mucho, aunque sí hay estudios sobre la influencia de las redes en nuestra salud mental, no he encontrado tanto sobre este impulso de documentar toda nuestra vida en redes.
En fin, ¿también a ti te pasa?
¿Cómo te sientes respecto a tu relación con las redes?
No sabía muy bien sobre qué quería escribir hoy. He estado pensando en muchísimas cosas: en mi cuerpo post-parto, en la era digital de las redes sociales, en que extraño a mis papás, en sentir que soy una extraña en este país, en los corazones rotos y en que no sé si algún día podré ser todas las cosas que había imaginado.
Finalmente me decidí a hablar sobre esta cruda verdad de la que he sido cada vez más consciente y que quiero cambiar. A partir de haber tenido a mi hija he descubierto que quiero vivir una vida más análoga y presente, si es que eso es posible. Sinceramente, no sé si podré lograrlo. Al menos me ha servido para hacerme todas estas preguntas, cuestionarme de dónde viene esta presión invisible y tratar de no hacer caso a esta presión invisible de documentar cada mínima acción.
¿Nos leemos pronto?
Majo :-)
Agradecimientos especiales:
Quiero tomarme un tiempito para agradecer a las personas nuevas que han llegado a este espacio y también a quienes se han suscrito mensualmente. Especialmente a Fabs Villa, que fue ha sido la primera suscriptora pagada de esta newsletter: infinitas gracias por confiar en mí y en lo que escribo. En un principio decreté que este newsletter será gratuito, pero qué bonito se sintió recibir la aportación monetaria de una suscriptora.
Esto me representa tanto. Gracias por poner en palabras con tanta sinceridad todo lo que está aquí. Y bueno, con respecto a las amigas del internet, la verdad eso si lo celebro y lo agradezco muchísimo, siento que internet y las redes me han conectado con personas que tienen muchas cosas en común conmigo y eso me hace feliz. <3
En mi caso depende mucho de como uso las redes. Instagram para mi es mi diario de fotos, si en un momento estoy triste voy a mi perfil y veo mi archivo de historias, mis fotos y recuerdo que he tenido días bonitos, que el sol volverá a brillar y recuerdo a la red de apoyo que tengo.
Mi mejor amiga, a quien veo cada mes la conocí en un club virtual de lectura ( del que tu formas parte) y creo que todo depende en que nosotros usemos las redes y no que ellas nos usen ( como bien dices tu). Seguir lo que nos da paz, construir nuestros algoritmos, conectar con otros y ante la duda siempre tomar la foto del atardecer porque a cierta edad la memoria no recuerda todo lo vivido. Bien diría Bad Bunny debí tirar más fotos, eso si entre tirarlas y enseñar cada foto al mundo del Internet hay una diferencia
Abrazos mi Majo. P.D. Yo te considero mi amiga aunque aun no nos conozcamos en persona 💖